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Una forma de vivir Los días no se pueden contar cuando pasan inadvertidos, se vuelven grises y sin gracia alguna, a lo mejor alguien les encuentra chiste pero no creo que por mucho tiempo. Despertar y buscar razones debajo de las cobijas para no salir de ellas, darse un baño buscando despegar el sueño que aun se queda por ahí escondido. Salir deprisa con un desayuno si bien no nutritivo si muy rápido y enfrentar el trajín de una ciudad donde el respeto a los otros no existe o donde las buenas intenciones y sonrisas por lo regular se dejan en casa debajo del colchón para no estorbar. Llegar a un trabajo en un ambiente a veces difícil producto del cansancio, del tedio y de los enfrentamientos constantes por ganar el puesto vacante y las atenciones de los superiores. Teléfonos que suenan, papeles que sobran y que alguien detrás de una puerta espera con ansia y un reloj que avanza a veces tan rápido como la niñez y otras tan lento que nos desespera. Comer a toda prisa entre las mismas caras solo que con la boca llena y regresar a la oficina sin probar siquiera algo diferente. Esperar a que el día avance lentamente hasta que finalmente el reloj indicado y autorizado nos dé oportunidad de salir y dejar todo como está. Salir con rumbo a casa entre un correr de gente que parece que vives en un hormiguero, tumultos, empujones y ruido que terminan por causarte un dolor de cabeza. Hacer una parada en el supermercado o en la tienda de la esquina a conseguir lo que falta para la cena. Llegar a donde esperas encontrar paz y toparte con que los vecinos tienen discusiones, o que los niños de la casa de al lado se empeñan en golpear tu puerta con su balón, o recibir noticias de que tu perro rompió algo de los del piso de arriba y esperan que subas a pagar. Ver la televisión llena de noticias repetidas si acaso cambiando de personajes principales hasta que el cansancio termina por decirte que hay que dormir para repetir lo mismo al día siguiente. Los días así pueden pasar inadvertidos, y lo hacen sin pedir tu autorización, y te enteras cuando de repente alguien te saluda y parece que ha pasado un siglo desde la ultima vez que lo viste y lo saludaste, o cuando las cuentas por pagar llegan nuevamente a casa cuando te parece que las acabas de pagar. Los días así son para muchos sin excepción o con algunas variantes inclusive aquellos que la tradición destina al descanso y que sus únicas variantes son los escenarios pues las tiendas y los cines muestran las mismas condiciones que la oficina o el taller. Hoy para mi no es un día semejante, hoy hay que madrugar, y eso de levantarte antes que el sol y que parece locura para otros a mí alrededor es muy reconfortante. Hoy el duchazo es rápido y sin titubeos, y el desayuno puede pasar inadvertido, no causa dolor de cabeza o estómago. Hoy hay que salir con una chamarra y la mitad de mi mundo a cuestas y sentir la fría mañana que se rompe con el sol mientras llego al parque de la colonia sintiendo como mi respiración es pausada y llena de vapor. Hoy quizás no encuentre problemas de tráfico, pero un montón de niños se agolparan a mí alrededor haciendo el ruido de 50 o 100 personas, hoy tal vez coma bien, lo mas seguro es que tenga que conformarme con solo un bocado hasta la noche y el resto del día la pase corriendo de aquí a allá y descubriendo un buen número de músculos que por lo regular se la pasan viendo correr las pantallas de la computadora. Hoy me la voy a pasar intentando hacer mi mejor esfuerzo para que esos niños pasen un día inolvidable. Hoy por la noche sentiré frío y tendré sueño hasta ya muy tarde. Y mañana, ¿Qué pasará mañana? Seguramente los mismos enanos me despertarán sin piedad al rayar el alba y desearé estar en mi casa dentro de mi cama esa que las mañanas de todos los otros días no me deja levantar. Seguramente tendré ganas de desayunar algo rápido y sin problemas y también de entrar en el automóvil que me llevará sin esfuerzo a mi destino en vez de tener que caminar y caminar hasta llegar a la estación de camiones con un montón de cosas a cuestas y algunos de los niños también. Seguramente mañana al llegar a casa, después de un buen baño desearé sentarme frente al televisor con una taza de café y saber que hizo el mundo mientras yo, en mi locura citadina, andaba de campamento con una manada de lobatos y reírme de mis arañazos y moretones que gane en semejante lid. El lunes será otro día, y otra semana de rutina, en que esperaré con ansia el fin de semana para reunirme con esos pequeños para preparar otro fin de semana de complicaciones que me saquen de la rutina y me den razones para aceptar lo cotidiano y los problemas de mi forma de vida como scout. |
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Bellos recuerdos: Sábado,
después de la comida, cuando la gente común y corriente está tomando
una siesta, y mi mujer me dice una vez más: si estas cansado, ¿por qué
no te quedas a descansar? – me vienen a la mente la lucha sabatina con
las calcetas (antes eran muy duras y era una batalla ponérselas) y el
ritual de uniformarse, "primero mis calcetas luego mi pantalón corto
de tela de cortina, mi camiseta de trabajo (que de seguro regresará
inservible, y en el mejor de los casos pasaría a ser trapo de sacudir),
la camisola que también era muy calurosa y dura, desde luego con su
correa de manigua al hombro; mi pañoeleta (hummm, todavía recuerdo ese 8
de mayo que hice mi promesa), mi cordón de Guía (vaya responsabilidad,
los cuervos fueron una buena patrulla), y minutos después estaba en la
calle camino al local de grupo con mi bordón...parece que fue ayer. A fines de los ochentas,
ser pietierno en la tropa era todo un reto, cierro los ojos y puedo verme
aún de lobato viendo a las patrullas pasar en sus bicicletas, vaya que se
veían de miedo, los lobatos murmurábamos "ese, el de la bici
vagabundo (una marca ) fue el que le rompió el brazo al morta; aquel fue
el que paso una semana en el monte y se alimento de
"lagartijas", todos eran vistos con respeto y miedo. De los cinco que pasamos
a la tropa ese año, solo dos permanecimos, antes del salto del tigre
juramos seria nuestra primera y ultima junta de tropa, "quedarme en
la tropa, ni de loco, quiero vivir muchos años y con mis dientes
completos". La patrulla Canguros vaya
que tenia un guía perseverante (Guillermo T,); cuando inventaba excusas
para no ir a las juntas de patrulla o de tropa (por aquello de querer
vivir sin lesiones), solo era un buen pretexto para hacer acto de
presencia en mi casa, y tratar de convencer a mi mama de que me diera el
permiso, y claro salía muerto de miedo y con la cola entre las patas detrás
de mi Guía, camino a la actividad me hablaba de la patrulla, del campo,,
de B.P., de que el hecho de ser ultimo patrullero no significaba mas que
un reto para ir demostrando la valía y ascender. Era un scout completo,
sabia hasta morse, y decían los patrulleros haberlo visto luchar cuerpo a
cuerpo con los peores adversarios sin ni siquiera despeinarse bueno asi lo
veia yo cuando era un scout joven . Mi primer campamento en
la tropa; una noche anterior no pude dormir, mi mochila estuvo lista una
semana antes. El pepön (Jose, apodado así, por ser una
especialidad de mi guia poner apodos mala costumbre por cierto, ), y yo éramos
los jovenes, y por ende los últimos patrulleros, los aguadores, los
lavaplatos, los recoge basura, en pocas palabras, los gatos. Camino al campamento
estuve tratando de contar la historia del "huay chivo" mítico
personaje que era mitad humano, mitad chivo, pero nunca pude terminarla,
la emoción del campamento era el pretexto para no hacerme caso
"Total que sabe un scout nuevo, comentó Luis". Al llegar la
noche, nos enviaron al "pepon" y a mí por agua, no habíamos ni
dado 10 pasos fuera del campamento cuando regresamos corriendo so pretexto
de haber escuchado ruidos extraños, claro que todos se burlaron de
nosotros, Memo(nuestro Guía), pacientemente nos acompaño a recoger el
agua. Al llegar las guardias descubrí una más de las desventajas del
nuevo scout, el pepon y yo haríamos la guardia de en medio ("la
mejor", si como no, bueno eso nos dijeron). A las 2 de la mañana nos
levantaron para nuestra guardia, ceremoniosamente nos entregaron el
silbato del Guía (para dar la señal de alarma en caso de ser necesario);
los primeros minutos decidimos acercarnos a la fogata, ya una vez ahí, el
pepon sugirió inspeccionar la armería, contábamos con varias hachuelas,
un hacha de leñador, una sierra y las típicas armas de campamento, ya
una vez con el armamento bien revisado regresamos a la fogata. Nuestro campamento estaba
rodeado de un zacate muy alto que impedía ver lejos; ya con 30 minutos de
guardia, cuando el sueño nos atacaba, el pepon juró haber
escuchado unos pasos (con el zacate que nos rodeaba los ruidos del pasto
en las pisadas era inevitable), acto seguido nos tiramos encima de las
armas, y armados hasta los dientes regresamos a la fogata, pese al frío y
humedad de la noche estabamos sudando, el miedo nos hizo su presa,
guardamos silencio y ahora si escuchamos un ruido (sonaba como que alguien
estuviera caminando en el pasto), de repente el "pepon" se
asusto y estuvo a punto de empezar a tocar el silbato, cuando le sugerí
"mejor lo despertamos solo a él Guia, no vaya a ser otra patrulla
que nos esta jugando una pala pasada". Con sigilo despertamos al Guía,
éste con su característica tranquilidad, salió de la casa de campaña,
se sentó junto a nosotros, y con voz pausada y serena nos dijo
"haber uno por uno, díganme que ocurre", como pudimos le
contamos que los ladrones que nos estaban rodeando y la forma en que nos
dimos cuenta de ello, claro que como se imaginaran sudando y armados hasta
los dientes. Al terminar nuestro relato, se paró decidido y se dirigió
hacia el zacate, se agacho, tomó una piedra y se acercó decidido a
tirársela a los malhechores (bueno eso creímos), el pepon con su
característico hablar dijo "Órale, estás loco si crees que vas a
poder con una sola piedra", y sin inmutarse tiro la piedra. Más tardó
en caer la piedra que en escucharse un mugido, en ese instante el pepon y
yo nos vimos la cara, y al dirigir la vista al presunto malhechor nos
dimos cuenta que no era mas que una vaca de color blanco, que al comer el
pasto hacia un ruido parecido a pisadas, y su color y nuestro miedo habían
hecho que viéramos cposas inexistentes. El Guía se dirigió hacia
nosotros y sin decir palabra se sentó en la fogata, habló del escultismo
de los campamentos, y después de un rato, nos dijo "reflexionen
sobre esto, que sea una lección". Hoy después de casi
diesiseis años aún recuerdo aquel día, en ese campamento tuve una lección
importante de mi vida scout, un verdadero Guía de patrulla es la
diferencia, sin la insistencia de él, no seguiría en los scouts que
lastima que con el tiempo la admiración y el respeto cambien por errores
de las personas o por que al madurar te des cuenta que los que
consideraste grandes personas estan llenas de defectos como tú,pero un
gran reconocimiento para mi primer guia de patrulla. . Al terminar de uniformarme vuelvo a la realidad, mi uniforme ya es de otro color, las calcetas son como calcetines (y además muy suaves), mi otrora condición fisica es hoy un recuerdo, aún soy scout, tengo ya mi propia familia, y solo espero el día en que mi hijo ingrese a los scouts...y si le gusta el movimiento scout, entonces le contaré ...."En aquellos días, cuando era un joven scout. |
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El Sábado El sábado corrí
perseguido por 30 lobos hambrientos, corrí como desesperado para no ser
alcanzado por esa jauria de lobos, ellos venían detrás de mí pisándome
los talones sin despegarse ni siquiera un instante todos ellos sona, kim.
Mao pukeena . Mi corazón se sentía cada vez más acelerado pues mi
carrera fué demasiado grande, fue increible darme cuenta que mi energia
sigue siendo grande y que los lobos aun son demasiado pequeños para
alcanzarme, esos lobos que hasta el momento conforman la manada de
lobatos. Ellos escuchan mis
palabras con gran atención, claro, alguno de repente pierde la
concentración y se pone a jugetear con el lobezno que se encuentra
enseguida, o a escarbar en la tierra como si quisiera enterrar o
desenterrar alguna de las presas que juntos habiamos cazado, pero aun asi
ponen atención y viven cada una de mis palabras. Entonces me di cuenta de
lo importante que son para mi cada uno de esos 30 lobos pues hemos cazado
tantas presas juntos, me llena de emoción ver sus caras llenas de vigor,
llenas de satisfacción y con gran alegría, reflejando un gran entusiasmo
por vivir. El sábado uno de ellos
demostró estar listo para seguir su cacería, demostró que ya no es un
lobezno jugetón y que es un verdadero lobato y está preparado para cazar
sólo, dijo su promesa frente a toda la manada y encontré nuevamente ojos
llenos de alegría y ganas de recibir esa promesa que los convierte en
lobos listos para cazar. El sábado me acompañaron
Mang, Bagheera, Raksha, Hati y Baloo y Kaa demostraron en cada una de sus
acciones que ellos también tienen gran interés de continuar con nuestra
labor que alguno de estos pequeños lobos tendrá que continuar en unos años. Encontré el sábado una
sonrisa esbozada en uno de mis lobos que por sus características físicas
fue nombrado Sona el oso siempre jugueton y muy noble, también un juguetón
y vivaracho lobato recibió el nombre de Riki tiki tavi, y otro más
limpio y ordenado se le concedió el nombre de Mao era algo galan y
vanidoso, uno más que no se queda serio ni por un momento y que siempre
está llamando la atención , este lobato recibió el nombre de Koo y otro
que saltaba cual chapulin pukeena, como olvidar a chuchundra con una gran
inteligencia.. Me cansé tanto el sabado
pero salí con una gran satisfacción, siempre creo que valió la pena
dejar de lado pendientes, obligaciones, amigos, trabajos responsabilidades
para dedicarselo a todos y cada uno de los 30 lobos que corrieron tras de
mi el sábado y que espero sigan corriendo muchos sábados más… Ahora estoy en casa al lado de Van tha y soy inmensamente feliz ya no estoy en la manada, pero aun me doy tiempo para recordar cada uno de esos momentos y de esos lobatos que ahora veo en la calle y me doy cuenta que se han convertido en hombres y ni ellos ni yo olvidamos lo que sucedió EL SABADO..... |
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Hermandad scout Soy
scout con 17 años en el movimiento, toda mi vida scout habia girado en
torno al grupo 135 hasta ese momento, pero mi grupo pasaba por una debacle
y yo aun tenia edad para vivir mi vida de clan tenia 18 años y aun
muchas ganas de descubrir cosas nuevas, es lo lindo de los scouts nunca se
deja de aprender algo, y en mi grupo estaban algo desanimados habíamos
crecido juntos desde lobatos ,competido en tropa y nos conocíamos
demasiado bien, por esa época entro a los scouts mi mejor amigo fuera de
ellos y queríamos probar cosas nuevas por lo que visitamos a otro grupo
que nos abrío las puertas de su clan el 312 , ahí participamos en varias
actividades pero nunca olvidare esa primera volanta desde ahí mi
especialidad es perderme en las volantas, de las que tengo muchas anécdotas,
pero empezare con la primera, de cuando entre a este clan. Pero
además, el contacto con gente desconocida, con rancheros algunos de los
cuales apenas tenían para vivir, y sin embargo nos ofrecían un poco de
comida, y también de algunos scouts, algunos VERDADEROS SCOUTS que tuve
la fortuna de encontrarme, y que me ofrecieron su ayuda, a veces olvidándose
un poco de si mismos y la competencia... |
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